Sin duda alguna, el reconocimiento laboral mejora el ambiente de trabajo y motiva a todos los colaboradores a seguir con más compromiso. Pero no siempre sucede desde los líderes corporativos, quienes se enfrentan frecuentemente a renuncias de perfiles valiosos para las organizaciones.
Uno de los mayores desafíos para las compañías es justamente la retención del talento y para solventarlo la única forma que engloba la solución es el reconocimiento como tal. Reconocer la labor del profesional constituye una de las principales fuentes de satisfacción personal y laboral del individuo. Ejerciéndolo, se favorece la sensación de satisfacción y bienestar de los empleados, estimulándolos hacia la meta común de conseguir el éxito de la empresa.
Es así que el cuerpo directivo de las empresas, ya sean los mismos dueños, socios, directivos, altos cargos y supervisores deben comprender la importancia de esta acción, ya que al hacerlo, estimulará las buenas acciones individuales de los trabajadores y activará una reacción en cadena, contagiando optimismo en todo el equipo a la vez que se propicia un buen ambiente laboral. Al mismo tiempo, se provocará una competencia sana entre compañeros, redundando en una empresa más rentable y eficaz.
Se debe comprender que no todas las acciones de reconocimiento incluyen una retribución económica. Tampoco hay que limitarse a las clásicas palmaditas en la espada ni a destacar la imagen del trabajador durante 30 días. La retroalimentación con el empleado debe ser constructiva, edificante, inteligente y, sobre todo, constante.
En busca de un
buen clima laboral
¿Cuáles son las principales acciones para ejercer un reconocimiento laboral?
- Trabajadores más felices. Partamos desde la base, somos seres humanos y por ende tenemos sentimientos. Es imposible, por más que las políticas laborales lo establezcan, que los colaboradores no lleguemos y salgamos de la oficina cargados de emociones. De forma innata, apostamos por el reconocimiento y que nos hagan sentir valorados. Si esto sucede contagiaremos de felicidad a los demás y, por supuesto, seremos más productivos.
- Trabajo en equipo. Como dijimos arriba, la felicidad se contagia y favorece al trabajo en equipo. De esta manera, se puede lograr que la dinámica grupal no sea vista como una obligación, sino como una oportunidad perfecta para sumar conocimiento y mejorar el desempeño empresarial.
- Retención del talento. Simplemente se traduce en beneficios para la empresa, ya que una rotación excesiva permitirá pérdidas de tiempo y de dinero. Por eso, se cree que un empleado con reconocimiento es la base del éxito de una organización.
- Autopromoción. Todo empleado feliz con la empresa hablará bien de la marca vaya donde vaya. No solo estará promocionando el negocio, sino que atraerá nuevos talentos. También aumentará las posibilidades de colaborar con otras compañías afines a la nuestra.
- Mayor confianza. Creer que eres capaz de hacerlo es el primer paso para cumplir cualquier meta. Lo mismo ocurre con los empleados. Reconocer el saber hacer de los trabajadores revierte en una buena autoestima que querrán demostrar día a día, mejorando continuamente.
Gestión de recursos humanos
Como dijimos anteriormente, el reconocimiento laboral tiene varias formas, no solo se centra en una contribución económica. A continuación, desplegamos las más frecuentes:
- Reconocimiento monetario. Aunque no debe emplearse en solitario, el aumento de salario o abono de pluses por buenos resultados es una de las formas de reconocimiento más comunes.
- Reconocimientos verbales y gesticulares. Siempre que sea sincero, el empleado valorará positivamente los comentarios y gestos públicos favorables a su esfuerzo.
- Reconocer las buenas ideas. No todo reconocimiento laboral ha de ser tangible. Recompensar las buenas ideas o proyectos pueden traducirse en el futuro en afianzar la empresa en el mercado y ganar terreno frente a la competencia.
- Recompensar fracasos productivos. A veces las cosas no salen como se esperaba. Sin embargo, el esfuerzo de los trabajadores sí ha sido constante y debe valorarse como tal.
- Fomentar las promociones internas. Se debe valorar la antigüedad, fidelidad y capacidades del trabajador favoreciendo ascensos y promociones internas en la empresa. De lo contrario, el empleado jamás se sentirá reconocido.
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